lunes, 22 de noviembre de 2010

MIS PENSAMIENTOS ESCRITOS PARA TI.

Poema para mí.
Parte 12º.

Aflicción siente mi cuerpo con cada paso que da mi memoria,
Yazco postrado en la esquina de la cama, sentado en el refugio de mis pensamientos.
Oscuros días e pasado y despierto casi muerto en un mar de ideas, en una laguna de regocijantes almohadas que me susurran al oído, que hablan de pesadillas no saciadas y de estremecimientos pasajeros; me conmuevo de mi mismo.

Me arrebatan poco a poco el espíritu estos fantasmas antagonistas que solo se sientan a observarme mientras meditan, mientras callan; y duele su silencio, me congela los huesos y me hacen llorar. Ahora la luna ya casi tacita de pasiones y con sueño profundo se aleja dando paso a la recorrida del sol que me calma mientras ilumina mi cuerpo desnudo, mientras camina sobre mi; soy yo quien medita y se imagina esto.

Péndulos trazan un camino para mí, sigo los cristales del amanecer para besar el aire que me entumece de frío, camino por veredas de recuerdos mientras escucho las canciones ambulantes de los poetas muertos y de las almas perdidas en este tiempo, en mi tiempo que oculto, ese tiempo a solas que no cuento por miedo de rencores y sabiduría que no podré murmurar ni a las nubes por recelo.

Me encuentro en paz, relajado antes de mojar mis suplicas que tiemblan y se abrazan entre ella, se desdoblan para no tocar el agua que cae sobre mí, el fuego me aturde pero me atrae y me inspira a tocarlo. Desnudo me encuentro como un caminante errante, quiero tener una metamorfosis y por ende me cubro de bellas melodías y me arropo en sabanas tibias que se introducen en mis poros y cambio lentamente, pasan los días, las horas, el tiempo y tal vez, solo, tal vez, sea el momento de salir o morir en este capullo que me mantiene calido, me mantiene absuelto de toda necesidad humana; duermo.   

Canalizo mis movimientos danzantes mientras me elevo, dejo fluir la música por mi cuerpo, atraviesa mí cara, mis brazos, mi pecho, mi abdomen, mis muslos, mis piernas, mis pies y aun así me sigo elevando. Logro observar el humo que se eleva a mi lado y conmigo en la oscuridad y sigo desnudo. Es como caer asía arriba.

Mi cuerpo se evapora lentamente con el humo de los pies a la cabeza y me siento complacido, el humo tiene un olor a incienso de canela que cuartea mi cuerpo y lo desintegra, la relajación es plena y perfecta, escribo para mi mente cansada que ahora se deja llevar por estas letras que me catan.

Es mi droga mental, es mi éxtasis natural que se hace llamar, sutilmente: esencia.


Kleiver J.R.T.

No hay comentarios:

Publicar un comentario